Citroen C5 X

El criterio fundamental que ha seguido Citroen para fabricar el C5 X es la comodidad. Se pretende que todas las piezas del coche influyan en esto, desde las suspensiones hasta las llantas, recibiendo innovaciones en todos los aspectos para buscar el bienestar del conductor y los pasajeros. De esta manera, encontramos un coche con un comportamiento muy suave, del que hay que resaltar los topes hidráulicos de los amortiguadores para lograr una frenada progresiva y agradable. Además de todo ello, hay que contar con la tecnología de seguridad y conectividad que trae consigo.

El diseño exterior es propio de la marca francesa, muy ligado a la línea delimitada por su gama SUV. El interior en materia estética no tiene nada del otro mundo, aunque sí que hay que reseñar sus asientos, construidos en torno a la tecnología Advanced Comfort, para hacer de ellos un elemento extremadamente placentero.

Con todo, lo más importante del Citroen C5 X es su parte técnica, pues incluye opciones de motorización que van desde los clásicos motores de combustión interna hasta una opción híbrida enchufable con 55 kilómetros de autonomía (en modo eléctrico) y una potencia máxima de 224 CV.