¿Cuándo debo sustituir los amortiguadores de un vehículo?

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Todas y cada una de las partes de un vehículo son, como no, importantes para su normal funcionamiento. Sin embargo, hay una vital para una buena y segura conducción, nos referimos a los amortiguadores. Protegen tanto de los golpes, como de los diferentes impactos y vibraciones a los pasajeros y también al resto de elementos del automóvil, pero ¿cada cuánto debemos cambiarlos? ¿cuándo sustituir los amortiguadores de un coche? es preciso que lo sepas… Los amortiguadores forman parte del sistema de suspensión de todo tipo de vehículos, no solo de los coches. También los encontramos en aviones, motocicletas, camiones… ayudando a convertir la energía cinética en energía térmica. Ocultados entre las ruedas del vehículo y el chasis, estos elementos imprescindibles para la conducción también necesitan su reemplazo cada cierto tiempo. Antes de saber cuándo sustituir los amortiguadores de un vehículo es preciso conocer más a fondo cómo funcionan y los tipos que hay. Saber su importancia y la variedad a elegir existente, es importante. Su función principal se encuentra en el control de esas oscilaciones en la suspensión para poder ganar adherencia a la vía por la que circula nuestro coche. Además, los amortiguadores nos ayudan al conducir mejorando la estabilidad del vehículo en las curvas, a reducir la distancia de frenado y a poder disfrutar de una conducción más lineal pese a transitar por caminos, en ocasiones, complicados e irregulares. Las partes de un amortiguador las componen dos tubos de acero y un eje anclado al vehículo. Estos dos tubos son, uno exterior que está lleno de aceite y también conocido como tubo de reserva, y el interior. El pistón desplaza este tubo que al ser presionado succiona el aceite haciendo que éste circule por las propias válvulas. Cómo no, el estado de los amortiguadores debe ser siempre óptimo para una buena conducción, pero, cómo no, su continuo uso ocasiona que pierda estabilidad y calidad. Si es muy rígido, hay un aumento de la estabilidad y por tanto tendremos menos confort a la hora de conducir. Pero ojo, si el amortiguador está demasiado blando podemos llegar a perder el propio control del vehículo, un peligro total. El desgaste de los amortiguadores pone en apuros nuestra seguridad y la de quienes nos acompañan por ello es importante saber cuándo cambiar los amortiguadores del coche.

Cuando cambiar los amortiguadores del coche

Aún hay conductores que piensan que el cambio de amortiguadores es una de las tareas menos usuales e importantes que deben realizar un coche. Gran error. Según diferentes estudios un amortiguador se puede llegar a comprimir entre 5.000 7.000 veces por minuto, con lo que trabajan de forman constante. Sustituirlos cada 80.000 – 100.000 kilómetros debe ser una prioridad. De hecho, si el vehículo es más antiguo incluso cada 60.000 kilómetros. Aunque los amortiguadores no requieren de un mantenimiento específico como otras partes del coche, es importante saber cuándo cambiar los amortiguadores. Por ello es preciso que compruebes su estado cada 20.000 kilómetros por si acaso. Y al llegar a los 60.000 u 80.000 plantearte cambiarlos de verdad.  La revisión de los diferentes elementos de la suspensión es imprescindible. Debes asegurarte de que no hay fugas de aceite, que tampoco tienen mucho óxido, plantearte que alrededor de los cinco años es fundamental el cambio tengas hechos los kilómetros que tengas y claro, tener en cuenta la carga que ha tenido que soportar el coche, el estado de tus neumáticos o el tipo de carreteras por las que has circulado.

Tipos de amortiguadores que existen

Al realizar el cambio de amortiguadores del coche, debes saber que existen diferentes tipos. Por un lado, están los que no requieren mantenimiento y que además trabajan mejor cuando la presión es más fuerte, los amortiguadores hidráulicos. Aquí el aceite circula de un lado a otro del amortiguador gracias al pistón ubicado dentro del cilindro. En los hidráulicos con válvulas, el aceite circula esta vez por dichas válvulas y no por el pistón. También encontramos los amortiguadores de doble tubo que funcionan con dos cámaras por las cuales circula el aceite o el gas.  Son amortiguadores más cortos, tienen menos fricción, por lo que son idóneos en situaciones extremas como cuando nos encontramos con grandes baches. Y, por último, los amortiguadores mono tubos donde una de las cámaras recepciona un componente, o gas o aceite y entre ambas encontramos un pistón flotante. Dependiendo de la presión a la que estén expuestos se puede regular la dureza y frecuencia. Con Vamos.es, tienes incluido el mantenimiento de los amortiguadores del coche en nuestro servicio de renting, por lo que no tendrás que preocuparte de nada tampoco en este aspecto. Para nosotros, tu seguridad es una prioridad.