Vehículos de sharing, ¿pagarán espacio público?

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Vehículos de sharing
Los vehículos de sharing, o lo que es lo mismo: los patinetes, bicicletas, motos y coches compartidos, están más de moda que nunca, casi sin darnos cuenta se han convertido en elementos comunes en ciudades y grandes municipios. Sin embargo, ¿estos deben pagar impuestos para circular por espacios públicos como el resto de los vehículos? Las empresas de vehículos de sharing no dejan de crecer en todo el país y es importante tener en cuenta una cosa,  estos vehículos no pagan ninguna tasa por el uso privativo del espacio público en las ciudades españolas, a excepción de Barcelona. Otras ciudades y municipios han puesto el debate sobre la mesa, ¿se regulará a nivel nacional en 2021? Sigue leyendo, en Vamos te contamos más sobre este tema.  Estas compañías de vehículos eléctricos geolocalizados parecen haber llegado para quedarse… por lo menos encima de las aceras y en las plazas de aparcamientos públicos. Y todo ello, sin abonar una contraprestación a las arcas municipales. Los vehículos de sharing -siendo los car sharing los más numerosos- son las únicas empresas que se libran del pago de esta tasa. Las voces más críticas son contundentes al respecto: si se permite el uso del dominio público, donde este da lugar a un rendimiento económico, es lógico que debería estar sometido a una tasa, entonces ¿por qué no ocurre en la gran mayoría del territorio español? 

Una recaudación que están dejando pasar los Ayuntamientos

Pese a que solo Barcelona ha llevado a cabo cierta regulación al respecto, se espera que este tipo de actividad se regule por las autoridades locales en un futuro cercano, aunque de momento no están obligadas según la Ley Reguladora de las Haciendas Locales. Desde su llegada a nuestro país en 2017, la capital catalana, Madrid y Málaga son las ciudades con más vehículos compartidos y car sharing. La comodidad de gestionar su uso a través de sus respectivas aplicaciones, las han hecho muy populares, incluso se pueden desbloquear, usar y dejar en otra zona de la ciudad pagando por los minutos de uso.  Según un estudio de una empresa del sector, este tipo de vehículos de sharing llegan a usarse una media de 6 veces al día. Barcelona fue la primera ciudad en actuar a finales del verano pasado, comenzando a cobrar a las empresas de motos y bicicletas eléctricas sin base fija, un importe anual de 72 euros por cada vehículo. Una cifra catalogada por sus detractores como irrisoria, ya que dicho pago anual se puede amortizar en menos de 24 horas. En el caso de Madrid, por ejemplo, que los vehículos sharing paguen “impuestos” podría llevar a recaudar cerca de 2 millones de euros al año. Y no es para menos, en la actualidad, la capital de España cuenta con casi 5.000 patinetes, 3.500 bicicletas, 5.665 motos y 3.000 coches por sus carreteras, carriles bici y… aceras.  

Ventajas del renting frente al sharing

Frente al sharing, encontramos otro concepto novedoso, que aunque algo similar, esconde muchas diferencias con este concepto ya que se pagan impuestos, pero que a la vez ofrece interesantes ventajas. Se trata del renting, la mejor opción de cara a tener un vehículo, y del cual en este caso hablamos específicamente de los coches. En un vehículo de renting, es el particular -o la empresa- el que hace uso privativo del vehículo, aunque su propietario no es el particular sino la empresa de renting. Es decir, se puede usar como si fuese un coche propio, permanentemente a nuestro servicio, sin tener porqué compartirlo con otras personas como es el caso del car sharing. En el caso de cualquier avería -salvo que esté provocada por un accidente de tráfico- el encargado de solucionar el problema es la empresa de renting.  Otra de las grandes ventajas del renting es el de poder renovar el vehículo y optar por otro una vez se haya cumplido con el tiempo acordado en el contrato. También debemos mencionar que los gastos que se tienen si hubiéramos comprado un coche, están incluidos en la cuota del renting. Entre ellos: el seguro, el mantenimiento preventivo del vehículo, en algunos incluyen hasta el cambio de neumáticos, la asistencia en carretera y otros servicios, en función del kilometraje que se contrate. Lo que está claro es que usar un vehículo de renting es optar por un coche que solo utiliza una misma persona, sin tener que pasar por varias manos a lo largo del día. Esa sensación de tener un coche propio, aunque sin serlo del todo, sin la presión de comprar un coche para toda la vida si uno no quiere y pagando cómodas cuotas mensuales. Además, con el renting de Vamos podrás optar por un coche eléctrico o híbrido. No esperes más y opta por tu coche de renting, con el solo te preocupas de pagar el consumo del carburante. ¡Vamos!