Cuatro razones para no tener un coche en propiedad… y pasarte al renting

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Hay algunas inversiones que sí merecen la pena: una vivienda, cuyo valor aumenta con el paso de los años, una joya antigua que se revaloriza o una obra de arte… pero, claro, hablamos de excepciones. Lo normal es que ser dueño de algo signifique que esa posesión pierde el brillo inicial del momento de la compra o empieza a ocupar demasiado espacio o nos ata o se rompe cuando más lo necesitas o, quizás, acabas aburriéndote antes de lo que esperabas.

Y en la larga lista de cosas que representan a la perfección todo esto, el coche destaca por encima de todas. Tener uno en propiedad supone hacer frente a una lista de gastos fijos a los que se pueden unir los que surgen de manera imprevista. Si todavía no terminas de decidirte entre comprar o pasarte al renting de vehículos, te damos varias razones para no tener un vehículo en propiedad. ¿Vamos?

La depreciación

Un coche no para de depreciarse desde que es matriculado. Justo, en ese instante cuando ni siquiera has estrenado tu nuevo vehículo, ya se ha devaluado un 10%. Y ese descenso no para: cuando cumpla un año, habrá perdido otro 10%. A lo largo de sus primeros cuatro años de vida, normalmente, un coche nuevo se deprecia entre un 15 y un 25% anual.

Por lo tanto, ese vehículo que te has comprado habrá perdido, aproximadamente, un 60% de su valor total en cinco años. O lo que es lo mismo: costará menos de la mitad de lo que pagaste. No en vano, hay algunos estudios que cifran que la devaluación puede llegar a costar a un conductor 3.000 dólares (2.700 euros) al año. Eso sí, no son cifras fijas que se cumplen a rajatabla: hay modelos que pierden más o menos valor en función de la marca.

Por lo tanto, es normal que, hoy en día y con las cifras sobre la mesa, los conductores sientan cierto remordimiento a la hora de comprar un coche y busquen otras alternativas.

Una larga lista de costes

Los gastos que implica tener coche van más allá de la compra. Esa inversión inicial es la más abultada de una lista en la que tenemos que incluir lo que nos gastaremos en combustible, seguro, mantenimiento, averías, cambio de neumáticos, impuestos, aparcamiento (si se da el caso), etc. Fintonic dio forma a un estudio bautizado como ‘Coste del vehículo privado’ en el que, según sus cálculos, ser dueños de un coche nos supone una inversión anual de 1.860 euros (unos 155 euros al mes) sólo en estas partidas.

Y todo esto sin plantearnos una ampliación de la garantía inicial de dos años con la que estaríamos pagando un servicio que, probablemente, no usarás tanto como para que sea rentable. ¿Más remordimientos por malgastar el dinero?

Pagar por dinero

La mayor parte de los conductores financia la compra de un coche y para ello, tienen que pedir un préstamo al banco o a la financiera de la marca en cuestión. Estos productos financieros encarecen la operación debido a los intereses y acabamos pagando más… a no ser que haya algún descuento de por medio que realmente merezca la pena y sea real.

Por lo tanto, estaremos pagando por dinero. ¿Cuánto? Dependerá del TIN y la TAE asociados a tu préstamo. Recuperando el informe de Fintonic, en 2018, los conductores que financiaron la compra de su coche pagaron unos 2.370 euros anuales, un 4% más que el año anterior.

Un coche desactualizado

Cuando compres un coche, vas a pasar mucho tiempo con él y ese modelo que ahora está a la última, se va a desactualizar en pocos meses. Imagínate dentro de varios años teniendo en cuenta que la edad media del parque automovilístico español roza los 13.

Hacer frente a ese desfase de tecnología, de ayudas a la conducción o de sistemas de seguridad es posible… cambiando de coche. El problema es que hacerlo con facilidad y continuidad no está al alcance de todos los bolsillos cuando hablamos de ser un propietario tradicional.

¿Cuál es el futuro? El renting de coches

En el futuro del sector de la automoción caben todos los conductores, pero lo cierto es que hay un cambio de tendencia en lo que a tener coche se refiere. La economía digital y colaborativa están cambiando el panorama y las previsiones apuntan a que en los próximos 10 años la propiedad del coche caerá, aproximadamente, un 80%.

Igual que pagamos por ver la tele que más nos gusta, por la comida que queremos cada día, por cosméticos que llegan puntualmente cada mes o por tener los últimos libros que se publican… ¿por qué no hacer lo mismo con algo como un coche?

El renting de Vamos no sólo te permite acceder a un vehículo a través de una cuota mensual que incluye todo menos el combustible. También te da la oportunidad de evitar la obsolescencia, esa continua depreciación y, sobre todo, la pérdida de dinero que supone para tu bolsillo todos los gastos que implica ser dueño de un coche. Ya sabes: nuestro renting de vehículos trata de disfrutar únicamente de lo mejor de tener coche.